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L 02 LIGHT GREYucio Domizio Enobarbo fue incinerado en Junio del año 68, sus restos conservados en una urna de pórfido fueron colocados sobre un elegante altar de mármol de Carrara en el mausoleo dei Domizi Enobarbi; Suetonio [De vita Caesarum libri viii] añade que el mausoleo se encontraba sobre lo más alto de la colina de los Ortii, bien visible desde el Campus Martius. Muy cerca de allí, cuando las nuevas murallas fueron construidas, estuvo la Porta Flaminia, y aún lo está, ahora conocida como Porta del Popolo. Comienza Noviembre, y es recurrente comenzarlo con el recuerdo de los difuntos, sea por costumbres de un tipo o de otro o por el mero compasivo acuerdo con la hojarasca de los bosques el recuerdo es obligado. La ocasión nos tiene entretenidos en ese lugar que Suetonio puso a la vista sobre el Collis Hortulorum, y de entre tantos muertos como hay pocos los habrá que tengan la fama de aquel muchacho adoptado por el emperador Claudio, al que todos conocemos como Nerón. Sus cenizas estuvieron justo aquí. Ahora otros descansan en el mismo lugar, podremos recordar sus nombres dentro de muy poco con ocasión de un dulce martirio y de una olvidada ninfa. Estamos en Santa Maria del Popolo y a comienzos de Noviembre. Un Sol cálido y amable nos despierta y pronto una Luna puntual llegará para ocupar con su plenitud las últimas horas de la tarde. Los muertos como hacía Endimione esperan dormidos la visita de la Luna. Estamos aquí para escuchar a los muertos, siempre hemos supuesto que nos querían decir algo y hemos realizado innegables esfuerzos para interpretar sus intenciones. No vamos a aprovechar este momento ni para mofarnos de las viudas, ni para consolar a los huérfanos, tampoco pretenderemos reconfortar a los moribundos, mucho menos a los pobres herederos que habrán de pagar al fisco por los bienes que les legaron sus deudos. No lo haremos. Realizaremos este viaje tan sólo para lustrar unos viejos versos, visitaremos algunas almas liberadas de sus cuerpos y también algunas ruinas, esto no deja de ser Roma. Y luego descansaremos, no eternamente pero sí tanto como queramos, de vuelta al que fuera el lugar más agradable de la Ciudad.

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Al comenzar nuestro viaje aquí, en este rincón particular de la Ciudad en donde las cenizas de Nerón descansaron durante cientos de años y en el que habremos de comenzar otros viajes romperemos ciertos límites establecidos desde antiguo y lograremos una nueva aleación. No es ninguna novedad descender al reino de los muertos, menos aún convocar a sus súbditos, nuestros cantos más antiguos, tantísimos héroes de nuestros mitos lo han hecho, Dante lo repitió mucho tiempo después en una Comedia famosa y viajó allí con un experto guía, el mismísimo Virgilio; la catábasis fue todo un género cuando descender al mundo de los muertos era tan natural como ir al mercado. Se visitaba el mundo de los muertos para superar toda clase de pruebas; los muertos nos visitaban en sueños, preferiblemente de noche pero sin descartar cualquier momento del día en el que alguna sombra adecuada se produzca; y si fallasen las fuerzas para tan largo paseo o si el sueño no fuera propicio para recibir las visitas de los difuntos se podía acudir a hechiceros o magos duchos en invocaciones infalibles para convocar a los muertos. Ellos estaban siempre dispuestos a contarnos secretos ansiados o aclarar desde sus tinieblas verdades ocultas. Otras verdades y secretos no menores podían obtenerse en otros lugares, sitios elevados, más allá de nuestro mundo mortal, allí también se podía ir y sus ciudadanos también nos visitaban, ese fue otro género al que nuestros poetas también dedicaron esfuerzos deliciosos, la anábasis. Nosotros ascenderemos hasta el mismo cielo eterno de las verdades más claras para descender. Los muertos han sido convocados y nos esperan, debemos ponernos en marcha. Quizás nos espere Nerón entre las sombras que visitemos. Él nos podría explicar cómo ha vencido al olvido y cómo es posible que aún escuchemos su arpa. Virgilio sentenció que el tiempo huye -fugit irreparabile tempus-; sí, muchos lo han visto corriendo, las horas apenas parecen segundos, los días breves instantes, los años apenas duran un instante, los siglos ni tan siquiera duran. Los muertos nos han asistido en multitud de ocasiones para contrarrestar esa voracidad de las edades, ellos nos explicaron cómo frenar la huida del tiempo, cómo engañar a ese viejo esquivo con tretas que alarguen las horas, los años y las vidas. Así nació el Arte, una invención que debemos a los muertos que son los únicos que han visto la esencia de la belleza, iam tamem inventa est blandae rationis imago.

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El verso está tomado de una feliz fórmula encontrada por algunos difuntos a finales del segundo siglo. Un secreto conocido por otros muchos muertos. Los términos inventa e imago están absolutamente imbricados con la teoría del Arte, el exacto sentido que poseen es tan amplio y poderoso que una traducción tiende a crear malentendidos y hasta escándalo. El muerto estuvo realmente inspirado en su hexámetro, los siglos nos han entregado el secreto de esa victoria sobre el tiempo … inventa est blandæ rationis imago. Aún continúa al borde del camino, ahora, es verdad, camino de ninguna parte, pero antaño algunos vivos al salir de la colonia rumbo al noroeste camino de las ricas villas con sus viñedos y olivos que rodeaban a Cillium se encontraban con el mausoleo de los Flavii y su encantadora poesía. Son ciento diez versos en dos poemas. Pocos difuntos fueron tan locuaces, casi ninguno tan elegante. Ahora son indispensables los ocho primeros, quién sabe si en otra ocasión alguno de los demás no será de interés. Con esa visión del tiempo y de la eficaz misión de la parca Láquesis y con el antídoto de la ‘imago’ me despido. Debemos aclarar con los muertos los detalles de estos versos, la tarde de difuntos será una ocasión propicia.

SINT LICET EXIGUAE FUGIENTIA TEMPORA UITAE______ PARUAQ(UE) RAPTORUM CITO TRANSEAT HORA DIERUM___ MERGAT ET ELYSIIS MORTALIA CORPORA TERRIS__________, ADSIDUE RUPTO LACHESIS MALE CONSCIA PENSO,__________, IAM TAMEN INUENTA EST BLANDAE RATIONIS IMAGO_______, PER QUAM PROLATOS HOMINES IN TEMPORA PLU[RA]___ LONGIOR EXCIPIAT MEMORATIO MULTAQ(UE) SERUET_____, SECUM, PER TITULOS MANSURIS FORTIUS ANNIS.